(Eliana Simon)
miércoles, 6 de junio de 2007
Impacto.
Las tragedias nos afectan en razón inversa del cuadrado de la distancia a la que ocurren de nosotros. Cuando se rompe un cristal de nuestros propios anteojos, la distancia es cero y la tragedia es infinita.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)