lunes, 14 de febrero de 2011

Del Amor.

(Gibran Jalil Gibran)

Cuando el amor os llame, seguidlo.
Aunque sus caminos sean arduos y escarpados.
Y cuando sus alas os envuelvan, entregaos a él, aunque la espada oculta en su plumaje os hiera.
Y cuando os hable, creed en él, aunque su voz sacuda vuestros sueños, así como el viento del norte destroza los jardines.
Porque así como el amor os corona, también os crucifica. Así como os hace crecer y prosperar, también os poda.
Y así como asciende a vuestras copas y acaricia vuestras más tiernas ramas que se mecen al sol, así descenderá hasta vuestras raíces, y las sacudirá, por más arraigadas que estén en la tierra. El amor, como si fueseis mazorcas, os guarda para sí mismo.
Os desgrana, para que estéis desnudos.
Os cierne para limpiaros de vuestro hollejo.
Os muele, para que estéis blancos.
Os amasa, para que seáis blandos.
Y luego, os destina a su sagrado fuego, para que podáis llegar a ser pan de holocausto en las sagradas fiestas de Dios.
Todas estas cosas hará el amor con vosotros, para que conozcáis los secretos de vuestro corazón, y para que, conociéndolos, lleguéis a ser un fragmento del corazón de la vida.
Pero si en vuestro temor sólo buscarais la paz del amor, y el placer del amor, será mejor que cubráis vuestra desnudez y dejéis atrás las eras del amor; y sigáis vuestro camino hacia el mundo sin estaciones, donde reiréis, mas sin agotar toda vuestra risa, y lloraréis, pero sin verter todas vuestras lágrimas.
El amor no da más que de sí mismo, y no toma sino de sí mismo.
El amor no posee nada, ni deja que se le posea.
Porque el amor se basta a sí mismo.
Cuando améis, no debierais decir: “Dios está en mi corazón", sino: “Estoy en el corazón de Dios". Y no penséis que podéis dirigir el rumbo del amor; porque el amor, si os considera dignos de él, dirigirá vuestro rumbo.
El amor no tiene más deseo que colmarse a sí mismo.
Empero, si amáis, y es inevitable que surjan los deseos, que estos sean los vuestros:
Fundiros y sed como arroyuelo que canta su melodía a la noche.
Conoced el dolor de la inenarrable y excesiva ternura.
Sed heridos por lo que entendáis del amor.
Y sangrad gozosa, regocijadamente.
Despertad al alba, con el corazón alado, y dad gracias por otro día de amor; descansad al mediodía, y meditad en el éxtasis amoroso; volved al hogar, por la noche, con un sentimiento de gratitud; y luego, id a dormir con una plegaria para el ser amado en vuestro corazón, y con un cántico de alabanza en vuestros labios.

1 comentario:

fgiucich dijo...

Un consejo para seguirlo sin dudar. Abrazos.